Siempre.

Siempre fue más de café que de té.
Siempre fue más de series que de películas.
Cuando le preguntan si prefiere besos o abrazos siempre dice que prefiere un abrazo con beso final.

Fue un astronauta con pánico a la gravedad cero pero amaba rozar esos lunares con las yemas de sus dedos mientras imaginaban un futuro sin barreras, sin secretos, sin miedos.

Le gusta jugar con fuego pero cuando estaba cerca la llama siempre quita mano, porque las marcas se quedan  en el corazón y nunca en la piel.

Le encanta madrugar y sentir la virginidad del día, el elor en los coches y las ventanas vacías.
Le gusta mirar callejones e imaginar el mejor de los accidentes;
Arrodillarse y no para pedir compromiso sino para con o sin permiso mover a un lado sus bragas y besarle hasta el último de sus labios; hasta que le diga si, quiero que me folles como nunca me han follado.

Siempre fue amante de la escritura, para cambiar el papel por la piel, para escribir roma en el espejo y convertir en amor todo lo que pase entre esas cuatro paredes porque cuando la puerta se cierra, tan solo queda el recuerdo de lo que fue y las palabras de ese que quiso escribir en la piel y acabó haciéndolo en el corazón.

Siempre fue un soñador y entre sueños jugó tanto a lo prohibido que se convirtió en un amante de lo que no debe ser pero cuando el cerebro y el corazón se desafían en un duelo; todos saben quién es el que dispara primero.

Siempre fue más de café que de té.
Siempre fue más de (ver)té.
Siempre fue más de (comer)té.
Siempre fue más de (follar)té.
Siempre fue más de té que de café desde el momento en el que se atrevió a probar(té).

Siempre lo fue y todos lo saben.

Siempre.

-Enrique Gómez-

Publicado por enriquegomezgil

Me atrevo de nuevo a lanzarme al mundo del blog en un segundo intento en el que intentaré que todo sea más intenso, más mío, más nuestro. Donde yo disfrute escribiendo y vosotros leyendo.

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